01La incredulidad de Tomás como advertencia a quienes reciban el regreso del Señor en los últimos días
La Biblia relata que Tomás no tuvo fe hasta que vio al Señor, quien, por tanto, lo reprendió: “¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que no vieron, y sin embargo creyeron” (Juan 20:29). ¿Qué advierten estas palabras del Señor Jesús a aquellos que lo reciban en los últimos días? Muchos se aferran a la profecía de que el Señor vendrá sobre una nube mientras ignoran las profecías de Su venida en secreto. Se niegan a creer todo testimonio de que el Señor ya ha regresado en la carne y se empeñan en creer exclusivamente en Su regreso cuando lo vean llegar sobre una nube. ¿No se exponen con ello a repetir el error de Tomás?
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02La senda correcta para recibir al Señor
A la hora de recibir al Señor debemos aprender la lección de la incredulidad de Tomás. No podemos esperar a verlo cabalgando sobre una nube para creer. Entonces, ¿cómo podemos recibir al Señor? Él nos lo dejó muy claro: “Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’” (Mateo 25:6). El Libro del Apocalipsis profetiza: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Como vemos, la clave para recibir al Señor radica en estar atentos a la voz de Dios; esta es la única manera de recibirlo. Cuando oigamos testimonios de que el Señor ha regresado, tenemos que buscar e investigar, y en cuanto reconozcamos la voz de Dios hemos de aceptar y someternos. ¿No es eso recibir al Señor?
Versículos bíblicos como referencia
“¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que no vieron, y sin embargo creyeron” (Juan 20:29).
“Por eso, también vosotros estad preparados, porque a la hora que no pensáis vendrá el Hijo del Hombre” (Mateo 24:44).
“He aquí, vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela y guarda sus ropas, no sea que ande desnudo y vean su vergüenza” (Apocalipsis 16:15).
“Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis soportar. Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad” (Juan 16:12-13).
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
“Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’” (Mateo 25:6).
“Y mientras ellas iban a comprar, vino el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta” (Mateo 25:10).
“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen” (Juan 10:27).
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2:7).